Descubra Áster El Espino, un vino excepcional que se elabora a partir de una cuidada selección de uvas de diversas parcelas de la Finca Áster, con un énfasis especial en la parcela de El Espino. Este vino representa la evolución contemporánea de la región, fusionando intensidad y sofisticación en cada sorbo.
Su carácter vibrante y equilibrado refleja la esencia del terruño, ofreciendo una experiencia sensorial que combina fuerza y sutileza. Con su perfil estilizado y encantador, Áster El Espino es una opción ideal para aquellos que buscan un vino moderno y lleno de matices, que captura la vitalidad de la Ribera del Duero en cada copa.
Este vino nace de una rigurosa selección de parcelas dentro de la finca Áster, donde destaca especialmente la parcela El Espino. Esta zona es clave en la creación de vinos de gran calidad, ya que el suelo y las condiciones microclimáticas aportan un carácter único. Cada parcela seleccionada contribuye a la riqueza del vino, con matices específicos que resaltan el equilibrio entre frescura y profundidad.
El vino está elaborado exclusivamente con Tinta del País, la variedad más representativa de la Ribera del Duero. Esta cepa, que es una versión autóctona del Tempranillo, ofrece una expresión particular en esta región, con sabores que van desde frutas negras maduras hasta toques especiados y minerales. Su capacidad para desarrollar complejidad y estructura la convierte en la base perfecta para los vinos de la bodega Áster.
El tamaño de las parcelas utilizadas varía según la añada, lo que permite una flexibilidad en la producción que se adapta a las condiciones climáticas de cada cosecha. La finca completa abarca 87 hectáreas, de las que provienen todos los vinos de la bodega. Este enfoque personalizado según la añada asegura que solo las mejores uvas sean seleccionadas, maximizando la calidad de cada botella.
La maduración de las uvas se orienta a resaltar la frescura natural de la Tinta del País, con colores vivos y brillantes. Los aromas de frutas negras, como moras y ciruelas, se ven potenciados, mientras que el proceso de maduración permite que la variedad se exprese plenamente, destacando las características únicas que esta cepa adquiere en los viñedos de Áster.
Las vides utilizadas para este vino tienen una edad promedio de 30 años. Las cepas más maduras producen uvas con mayor concentración de azúcares, taninos y compuestos aromáticos, lo que se traduce en un vino más complejo y estructurado. Los viñedos de esta edad equilibran productividad y calidad, permitiendo la elaboración de vinos con gran capacidad de envejecimiento y riqueza en matices.
La vinificación comienza con una maceración prefermentativa en frío, lo que ayuda a extraer los aromas más delicados y los colores vibrantes de la uva. Este proceso permite capturar toda la esencia varietal de la Tinta del País.
Posteriormente, se realiza una maceración más suave, diseñada para maximizar la intensidad aromática sin perder la finura y el equilibrio. El resultado es un vino con una alta potencia en nariz, pero con un paladar redondeado y armonioso.
El proceso de fermentación maloláctica se divide en dos partes: el 50% del vino realiza la fermentación en barricas de roble francés de 2 a 3 años, lo que le aporta una suave complejidad, mientras que el otro 50% fermenta en depósitos de acero inoxidable, preservando la frescura y pureza de la fruta. Este enfoque mixto aporta un equilibrio entre los matices del roble y la expresión varietal nítida.
El vino pasa 12 meses en barricas de roble francés, con barricas de varios usos. Esta crianza permite que el vino se redondee y adquiera notas sutiles de vainilla, especias y tostados, sin dominar los sabores naturales de la uva. El tiempo en barrica también suaviza los taninos, haciendo que el vino sea más sedoso en boca, con una gran capacidad para mejorar con el tiempo.
Durante la crianza, se realizan dos trasiegas tradicionales. Este proceso consiste en mover el vino de una barrica a otra, permitiendo eliminar los sedimentos y oxigenar ligeramente el vino, lo que mejora su claridad y pureza. Las trasiegas tradicionales son una práctica clave en la elaboración de vinos de alta calidad, ya que contribuyen a una mayor estabilidad y equilibrio final.
El vino se embotella en dos formatos: el tradicional de 75 cl, ideal para ocasiones cotidianas, y el formato magnum de 150 cl, que es perfecto para eventos especiales o para aquellos que desean un envejecimiento más prolongado y refinado, ya que el vino en este tamaño evoluciona de forma más lenta.
Este vino es extremadamente versátil y se puede disfrutar tanto solo como acompañado de una amplia gama de platos. Es ideal para servir por copas o en aperitivos, siendo el complemento perfecto para pastas, arroces y sushi.
También se marida muy bien con carnes ligeras y pescados, gracias a su equilibrio entre frescura y estructura, que resalta los sabores sin opacarlos.
Grado alcohólico: 14,5%
Temperatura de servicio: 17º
Presenta un atractivo color rubí de intensidad media-alta, con un borde limpio que evoca tonalidades de picota. En nariz, resalta una exuberante expresión de frutas negras, complementada por matices de arándano azul, zarzamora y ciruela roja. También se perciben toques de regaliz y cardamomo, junto con sutiles reminiscencias minerales y moderadas notas de crianza, como granos de café, toffee y una delicada caja de bombones.
En boca, el vino ofrece una experiencia profunda y equilibrada, destacándose por su frescura y elegancia. Su persistente retrogusto afrutado invita a disfrutarlo más. Este vino es amplio y sabroso, con un notable carácter contemporáneo de la Ribera del Duero, alcanzando su momento óptimo para el deleite.
Descubra Finca el Otero, un vino que destaca por su intensidad y fuerza, sin perder la suavidad, armonía y distinción que lo identifican. En boca, es cremoso, lleno de sabor, con gran amplitud y profundidad.
Descubra los vinos de la marca Aster, elaborados a partir de una cuidadosa selección de uvas provenientes de distintas parcelas de nuestra finca.
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